sábado, 26 de octubre de 2013

Y ahora...


Hoy no os voy a hablar en términos abstractos, para que no tengáis que interpretar nada. Hoy os voy a hablar del amor, para variar, pero también del dolor, para variar más aún. Os voy a contar cómo en tan poco tiempo me han demostrado muchas cosas, algunas sin saberlo, otras sin querer, y a menudo todas ellas positivas. Os voy a hablar de cómo la vida da tantas vueltas, o de la necesidad de una mano amiga en momentos oscuros. Os voy a hablar de madurar y de ayudar, de ser persona. Quisiera hablaros de tantas cosas que no me quedarían palabras para mí después, así que tendréis que disculparme, hacer un esfuerzo, y hablaros a vosotros mismos de todo ello, de lo que sois, de lo que fuisteis alguna vez, y de lo que tenéis planeado ser. 


miércoles, 16 de octubre de 2013

Dime que todavía lo sientes.



¿Sabes cuando estás con una persona y cada centímetro tuyo pide más de ella? Pues eso es lo que me pasa contigo. Evito el "he vuelto a", porque no es asunto de nadie, ni siquiera mío a veces. Y oigo la lluvia caer, golpear contra el cristal, y te siento tan cerca en cada una de esas gotas. Pero las horas son distantes, y el tiempo se hace largo sin ti. Siento que he retornado a mis orígenes. Y menos mal, porque últimamente amar a escondidas ya no es lo que era antes. Vuelvo a sentir ese miedo, yo creo que nunca me había abandonado. Simplemente era un tregua. Miedo a amar, a amar demasiado, equivocadamente, inocentemente a veces. Sin límites. Suena tan raro cuando lo escribes, y tan lejano cuando lo pronuncias. Como tu nombre. Ese sí que es lejano. Pero qué terremoto en mi interior cuando lo oigo, ¿eh? Lo que son las cosas, y lo que cambia el tiempo, o nosotros, depende de cómo se mire. Una cosa lleva a la otra, van de la mano. Como deberíamos ir nosotros, como hemos esperado hacer siempre. Después no me mires con cara de pena, que sabes que no me resisto, que mi voluntad es débil cuando se trata de ti. Así que no me vengas con flores y San Valentines, que nos conocemos, y luego cavamos nuestra propia tumba. 

viernes, 11 de octubre de 2013

Yo ya.

Tanto tiempo deseando hacerlo y ahora no sé ni cómo empezar. Son ironías de la vida, supongo. Será que me encuentro en esa situación a la que hacía poco llamábamos futuro. Será que tomo decisiones que me traen consecuencias imprevistas, a las que nunca me acostumbro, que siempre me sorprenden con la guardia baja. Quizá se deba a mi manía personal de intentar encontrar eso que todos llamamos coherencia, sentido común, moral; y después necesitar un poco de espontaneidad, de puro instinto. Pero es una situación de la que tú te sientes dueña, y es agradable pensarlo. Saber que vas a participar de manera activa en esa primera independencia que todo el mundo anhela, que estás preparada para vivir. Y a la vez sentir que todas las fibras de tu ser fallan cuando lo piensas tan sólo por un instante, que te resquebrajas por dentro. Descubres cosas interesantes todos los días, gente interesante, como ya había pensado que no quedaba. Esperas una oportunidad, y finalmente la encuentras. Intuyes el camino correcto. Porque yo siempre he actuado así, más por intuición que por propia racionalidad. Y cuando te das cuenta de que la música de una ciudad desconocida te envuelve, de que el color de la hierba no es diferente aquí, se lleva un poco mejor. Siempre hablamos del término distancia, y jamás nos damos cuenta de lo que duele hasta que lo sentimos en nuestra propia alma. Y luego está el hecho de sentirte libre, de una nueva y extraña forma, irreal, maravillosa. También están las cosas que no percibimos, o que no queremos percibir. Y en el medio de todo eso estás tú, tan grande y tan pequeña a la vez. Y sonríes, por esos nuevos sentimientos que se mezclan en tu interior, la mayoría nada desagradables, para ser franca. Siento que por ahora no podamos compartir grandezas, pero...lo bueno de hace esperar, ¿no?