Es gracioso la forma en que la gente se acaba cogiendo
cariño, y digo gracioso, porque son bastantes las veces en las que empiezas a
escuchar a una persona sabiendo que al final te va a encantar. Y sí, es así de
simple, como si fuera una canción. Como cuando llevas meses conociendo a alguien,
y lo consideras más parte de ti que a un familiar con quien compartes genes. Lo
peor de todo, es cuando encuentras a esas personas especiales que,
desgraciadamente, no abundan, y las empiezas a echar de menos. Pero en el fondo
te conformas con compartir un trocito de tu vida con ellas, porque sabes que
por muchos días que pasen sin su presencia, esas personas siempre van a estar
ahí, apoyándote en los momentos difíciles, riéndose contigo cuando toca,
compartiendo sueños; como sea, venciendo la distancia, las obligaciones y el
tiempo. Que no nos damos cuenta, que la vida son dos días, y uno está
lloviendo; los amigos verdaderos escasos y las oportunidades fugaces. Pero no
pasa nada, para eso tenemos sueños y objetivos, por eso luchamos. Lo único que
te pido es que tú luches a mi lado.
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